Pues os cuento mi experiencia, que no es del todo positiva tras casi un año de uso.

lo primero es que la calidad que da un transmisor (y he instalado unos cuantos diferentes) siempre es muy inferior a la que se consigue con un cable. Los colores están más desvaídos, la imagen se enturbia y a veces produce agua. En cuanto al sonido, la pérdida de calidad es mucho mayor, y se introduce bastante ruido de fondo, principalmente siseo.

Lo segundo son las interferencias. Un microondas a 15 metros (incluso el del vecino) mete un ruido infernal que hace que tengas que parar de verlo mientras calientas porque te quedas sordo, y se carga la imagen. Al transmitir en los 2.4 GHz, la red inalámbrica le interfiere contínuamente y hay que desactivarla mientras ves la tele. Para colmo los cambios de canal (en el transmisor o en la red wifi) no solucionan estas interferencias.

El transmisor es adecuado para ver la tele sin muchas pretensiones y porque ahorra tirar cable. Sin embargo NO se ve bien a nada que seas un poco pijillo. Eso por no mencionar que pierdes características como el sonido multicanal. Así que tu tele cara y tu equipo de música no sirven para nada porque los verás y oirás con la calidad de los años 80.

La mejor solución es hacerte un PC de salón, si está a tu alcance.