Jaimito tiene un coche mágico. Para arrancar debe decir "Ay, Dios"; para detenerlo debe decir "Para".
Arranca y llega al borde de un precipicio con mucha velocidad y Jaimito, desesperado, dice "Para", y con mucho susto el coche se detiene al borde del precipicio. Al observar que había pasado el peligro dice "Ay, Dios".
Y se mató.
__________________ La mujer que no tiene suerte con los hombres no sabe la suerte que tiene
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