Las bromitas de Karndollax y sus colegas
Una muy típica era la de ir al mercado y comprar unos buenos trozos de hígado de cerdo bien sangrientos. A continuación nos ibamos al metro (sin pagar, ojo), a la línea más concurrida y uno de nosotros se colocaba el trozo de hígado chorreante bajo el sobaco. Luego sólo quedaba esperar una parada de transbordo, de esas que el metro se queda un ratito parado con la peña dentro mirándose unos a otros sin saber que hacer. Y entonces llegaba el momento culminante; el que llevaba el hígado comenzaba a gritar deseperado como si un dolor inhumano le estuviese matando. Y al grito de:
-MALDITA LEPRA!!!!!
Extraía el hígado sangriento del sobaco y lo lanzaba al suelo, a ser posible ante los pies de algun pasajero.
-PLASH!!!
El sonido del hígado al tocar el suelo era de lo más efectivo. Entre el estupor y el horror son los calificativos de la cara que se le quedaba a la gente. Y nosotros? pues salíamos corriendo partiéndonos el culo. Normalmente el resultado final era 1,5 Km de carreritas intentando que el segurata no nos alcanzara con la porra.
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