Cuando llegaron al lugar que Dios le había indicado, construyeron un altar y acomodaron la leña. Luego Abraham ató a su hijo y lo colocó en el altar sobre la leña, inmediatamente sacó un cuchillo, pero Abraham escucho una voz que le decía:
-¡Abraham! ¡Abraham!
Y Abraham respondió:
-Aquí estoy, señor.
Luego la voz le dijo:
-¡Como sigas fumando esta mierda, un día de estos vas a matar a tu hijo!
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