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Antiguo 23/09/2020, 21:00   #6
boadil
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Figura 1. Crecimiento del PIB de Cuba entre 2006 y 2020 (a precios constantes)



Análisis
1. La crisis actual
Cuba sufre la peor crisis económica desde la ocurrida en los años 90 tras el colapso de la URSS (el “Período Especial”). Antes del COVID-19 las autoridades insistían que la crisis era “coyuntural”, pero obviamente era estructural. En 2016-2019 el promedio anual de crecimiento del producto interior bruto (PIB) fue del 1,2%, un virtual estancamiento. El PIB mermó desde el 12% en 2006, cuando Raúl Castro sustituyó a su hermano Fidel, al 0,5% en 2019 y se proyecta por la CEPAL en un -3,7% en 2020, frente a una meta oficial de crecimiento del 1%. El promedio anual de crecimiento en 2006-2020, agregando la cifra negativa de CEPAL para 2020, se reduce al 0,3% (Figura 1).

Figura 1. Crecimiento del PIB de Cuba entre 2006 y 2020 (a precios constantes)
Figura 1. Crecimiento del PIB de Cuba entre 2006 y 2020 (a precios constantes)
Fuente: ONEI, 2008 a 2019; CEPAL, 2020.
La economía cubana es muy “abierta”, o sea, muy dependiente del sector externo (comercio, turismo y deuda). Entre 2011 y 2018 el valor de las exportaciones de bienes menguó un 60% y era también un 60% inferior al valor de 1985, antes de la gran crisis; las importaciones decrecieron un 18%; y el déficit en la balanza de bienes aumentó un 13%, o un 50% comparado con 2010 y un 347% con 1985 (ONEI, 2019). En 2020 Cuba suspendió el segundo pago de su deuda renegociada con el Club de París por 30 millones de euros.

2. Las cuatro causas de la crisis
Cuatro son las causas de la crisis actual, una interna y tres externas. La primera es el continuo predominio de la planificación central y las grandes empresas estatales sobre el mercado y el sector no estatal, un modelo que ha fracasado en todo el mundo, incluyendo Cuba. Las reformas estructurales de Raúl Castro en 2007-2017 estaban bien orientadas hacia el mercado, pero fueron muy lentas, con muchos obstáculos, desincentivos e impuestos y virtualmente se paralizaron en 2016. Por ello no tuvieron éxito en mejorar la economía. El presidente Miguel Díaz-Canel y la nueva Constitución han proclamado el “continuismo”, indicando que no se profundizarán los cambios necesarios para una reactivación económica. Las medidas tomadas por la Asamblea Nacional del Poder Popular y por el presidente frente a la situación actual han sido criticadas por la mayoría de los economistas cubanos como insuficientes, vagas y tímidas frente a la magnitud de la crisis (Mesa-Lago et al., 2020).

Los tres factores externos son la crisis económica venezolana y el consiguiente recorte de sus sustanciales relaciones económicas con Cuba, las sanciones punitivas impuestas por Donald Trump, que han reforzado el embargo de EEUU, y la pandemia del COVID-19.

La relación económica Venezuela-Cuba comprende tres componentes: la compra de servicios profesionales (el primer ingreso en divisas en Cuba), el suministro de petróleo con términos favorables (que cubre el 50% de las necesidades cubanas) y la inversión directa. Dicha relación alcanzó su cúspide en 2012-2013 con 14.600 millones de euros y disminuyó a la mitad en 2018. En relación al PIB, se contrajo del 22% al 8%. Dicho descenso continuó en 2019. Los tres componentes se redujeron : la exportación de profesionales un 24%, el envío de petróleo un 70% (de 104.000 a 40.000 barriles diarios) y la inversión de 7.300 millones de euros se esfumó.

Las sanciones punitivas de Trump han paralizado la inversión extranjera, reducido el turismo –que es la segunda fuente de divisas de la isla (los turistas estadounidenses bajaron un 22% en 2019 y un 70% en enero de 2020 por el cierre de los cruceros y de los vuelos de EEUU a las provincias)–, endurecieron las multas –11.000 millones de euros– a los pocos bancos internacionales que hacen transacciones con Cuba (dificultando aún más la obtención de crédito externo), entorpecieron el suministro por buques petroleros y posiblemente redujeron las remesas externas (la segunda fuente de divisas). Debido a la caída de turismo y la crisis económica, muchas microempresas privadas han tenido que cerrar por falta de insumos, clientes e ingresos.

Debido al COVID-19 , Cuba cerró por completo el turismo y la caída de este ingreso se estima en 1.800 millones de euros; además, un descenso de 917 millones de euros en las remesas de cubano-americanos, debido al incremento del desempleo a 38 millones en EEUU, un descenso del PIB de un 11% en el primer trimestre, así como el cese del envío de remesas por personas que viajan (Morales, 2020; Vidal, 2020). Ambas pérdidas combinadas equivalen al 5% del PIB de 2019; en vista a este cálculo, la proyección de la CEPAL de -3,7% en 2020 parece ser optimista.

Según la Organización Mundial del Comercio (OMC) el volumen del comercio mundial menguará entre el 13% y el 32% en 2020, lo cual afectará duramente a Cuba. Ya se han descrito las caídas en las exportaciones e importaciones, el gobierno ha anunciado otro descenso de las segundas en 2020, y las exportaciones mermarán también por declives en la producción de níquel y azúcar (ambas agravadas por descensos en su precio mundial por la recesión global), así como de puros (una reducción de entre el 15% y el 20%) y de productos farmacéuticos (cuya producción ya estaba cayendo desde 2016).

Existe creciente preocupación de que la crisis conduzca a un segundo “Período Especial”. Raúl y Miguel Díaz-Canel han señalado varios factores favorables a fines de 2019 que indicaban que la magnitud de la crisis actual sería menor a la de los años 90. Sin embargo, las crecientes sanciones de Trump2 y el COVID-19 están esfumando esas diferencias favorables. El ministro de Comercio Exterior e Inversión, Rodrigo Malmierca, anunció a fines de abril que podrían tomarse medidas “similares a las del Período Especial”, aunque repitió el argumento de que las condiciones ahora son mejores, ignorando el agravamiento de la crisis por el COVID-19.

Hay tres factores favorables. Primero, Cuba está exportando servicios de salud a unos 14 países extranjeros3 afectados por la pandemia y el gobierno se ha ofrecido a otros Estados. Pero los médicos que antes prestaban servicios en el extranjero se han reducido en Venezuela y eliminado en Brasil (8.000), Ecuador, Bolivia y algunos países africanos. Aunque no hay estadísticas exactas, es posible que los nuevos envíos compensen las caídas. Segundo, Cuba está exportando interferón, pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dicho que esa droga no es efectiva para tratar el COVID-19; además, se ha descubierto que puede hacer más dañino el coronavirus. Tercero, la caída del precio del petróleo (12.80 euros el barril en su punto inferior en abril) favorece a Cuba, que importa alrededor de la mitad de sus necesidades, pero el precio se había duplicado a mediados de mayo; en todo caso, es esencial que Venezuela, cuyo PIB caerá un 18% en 2020, siga enviando petróleo a cambio de servicios médicos.

3. El COVID-19: políticas y efectos
El gobierno de Cuba no reaccionó de inmediato al COVID-19, de hecho, se publicitó a la isla como un destino seguro para los turistas. El 30 de enero de 2020 la OMS declaró una emergencia global por la pandemia, pero Cuba no cambió su política, que se mantuvo incluso después que la OMS declarara el 11 de marzo (ese día se reportaron cuatro contagios en la isla) la alarma internacional. Sólo cuando se confirmaron 21 casos positivos (el 20 de marzo), la mayoría importados por turistas de Italia y España, se tomaron las primeras acciones. El gobierno tildó de “alarmistas” a las redes sociales y multó o arrestó a ciudadanos que publicaron cifras alternativas a las oficiales o informaron de contagios. Esa conducta contribuyó a la expansión inicial del virus. Por otra parte, la centralización político-económica y la existencia de un sistema nacional de salud unificado (aunque deteriorado) ayudaron a tomar e implantar medidas.

Una vez confirmada la peligrosidad del COVID-19, el gobierno promulgó numerosas y estrictas medidas, aunque de forma gradual. Primero, la toma de temperatura a los viajeros que arribaban a aeropuertos y su cuarentena por 14 días en hoteles y edificios públicos (si mostraban síntomas eran ingresados en hospitales). También 28.000 estudiantes de medicina recorrieron los barrios para detectar enfermos. Segundo, el cierre de la entrada y salida del país por vías aérea y marítima (los turistas que ya estaban en la isla fueron confinados). Luego se anunció que los aeropuertos reabrirán el 30 de junio. La clausura de todas las escuelas y universidades se ordenó el 23 de marzo, dos días después de informarse que los casos positivos habían aumentado a 40 (Serrano, 2020). También se cerraron los acontecimientos deportivos y culturales, los clubs y cabarets, pero los restaurantes permanecieron abiertos y sólo más tarde se limitaron al servicio de envío de comidas; igualmente quedaron abiertas las tiendas. Se cerró el transporte interprovincial por autobuses y trenes, pero se mantuvo funcionando el transporte local hasta mediados de abril. Lo último fue el consejo a la población de no salir de sus casas o hacerlo con mascarillas. Se reforzó el control policial para imponer las medidas y sancionar su infracción.

Hay un fuerte debate sobre el número reportado de casos y muertes. El Ministerio de Salud ha dado cifras relativamente bajas respecto a otros países (MINSAP, 2020), pero algunos expertos (como demógrafos y sanitarios) dicen que hay casos y muertes que no se reportan como COVID-19 sino como causadas por pulmonía o problemas de corazón. Por ejemplo, en un período de dos meses se observó un incremento notable en el número de casos y defunciones por enfermedades respiratorias agudas, superiores tanto a los identificados como COVID-19 como respecto a las tendencias anteriores en dichas enfermedades.

La pandemia está teniendo repercusiones adversas en el sistema de salud, que ya tenía severos problemas: el número de hospitales, policlínicos y sus camas han mermado y se han cerrado hospitales y puestos rurales y urbanos. También hay escasez de medicamentos, y la higiene se ha deteriorado por falta de jabón, detergente y agua (500.000 habitantes en La Habana carecían de ella en marzo). Hay fuertes restricciones financieras para importar medicinas, mascarillas y ventiladores; los últimos son muy escasos. Sin embargo, las pruebas diagnósticas, muy pocas al comienzo, crecieron a 500 diarias por un envío por China de 100.000 test y 10.000 trajes protectores. No hay datos sobre las unidades de cuidados intensivos. El MINSAP ha informado que se está dando tratamiento homeopático para levantar las defensas frente al virus, aunque reconoce que no impide el contagio. Ahora bien, el Instituto Nacional de Salud de EEUU declara que hay poca evidencia de que la homeopatía sea efectiva para tratar cualquier enfermedad; y un médico cubano dijo a Venceremos que era irresponsable usarla como medida preventiva.

Las colas para comprar los escasos alimentos disponibles se hacen sin guardar distancias (un metro y medio) y son fuentes de contagio. El gobierno ha exhortado a la población a evitar aglomeraciones, prometiendo entregar alimentos racionados a los que se queden en casa, pero el abastecimiento de alimentos se ha agravado por el recorte en las importaciones, a su vez incrementada por la desaparición de los ingresos del turismo. Díaz-Canel anunció que habrá aún menos importación y se predijo que en mayo la situación empeoraría porque la producción agrícola declinaría por una reducción de fertilizantes, pesticidas y combustible importados. Otra fuente de contagio es el hacinamiento en las viviendas y hasta hace poco el transporte público atiborrado de pasajeros, a pesar de las medidas oficiales para limitar su número.

Los adultos mayores son los más afectados: (a) el 20% de la población tiene 60 años o más y corre mayor riesgo de muerte si contrae la infección, peor aún si sufren enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, problemas cardiacos o enfermedades pulmonares obstructivas (el 81% padece al menos una); (b) el 40% de los hogares tiene un adulto mayor, y además hay un alto porcentaje de hogares unipersonales compuestos por adultos mayores y para los infectados se hace difícil su alimentación, suministro de medicamentos y atención médica; (c) los hogares de ancianos están expuestos a mayor contagio y fallecimientos múltiples, y el 68% de quienes proporcionan cuidados a los mayores tiene más de 50 años; y (d) del total de muertes, el 85% tiene 60 años o más (ONEI-CEPDE, 2019).

El gobierno ha adoptado varias medidas sociales para paliar los efectos de COVID-19: (a) la venta de paquetes con alimentos y productos de aseo para el personal sanitario a un precio de entre 23 y 27 euros, que equivalen a casi un mes de salario medio en el sector estatal (no se sabe si será una sola vez o periódico); (b) la venta de un paquete similar a un precio entre 15,58 y 44,50 euros a personas de 65 o más años; (c) una moratoria en el pago de la licencia a los trabajadores por cuenta propia que han tenido que cerrar sus microempresas; (d) el retraso del pago de servicios básicos de electricidad a personas con enfermedades crónicas y hogares de ancianos sin ingresos suficientes; (e) la asistencia a 70.000 ancianos que viven solos por trabajadores sociales que les compran y llevan alimentos y cobran sus pensiones; y (f) la entrega de máscaras gratis en asilos de ancianos.

El gran interrogante es cuándo terminará la pandemia para poder reabrir la economía. Existe el temor generalizado de que una apertura prematura genere una segunda ola y una recesión peor.

4. Alternativas para afrontar la crisis y su aplicabilidad en Cuba
¿Cuáles son las alternativas que tiene Cuba para afrontar la crisis, especialmente aquellas políticas económico-sociales recién propuestas a América Latina por la CEPAL (2020) y el BID (2020) y las posibilidades de aplicarlas en Cuba? Según la CEPAL, la pandemia provocará la mayor contracción económica en la historia de América Latina , peor que la gran recesión de 2008. Ambos organismos apuntan a que la situación económica regional al comienzo de la pandemia era más débil que en la crisis de 2008, lo cual es aplicable a Cuba.

Hay dos formas de contrastar esto, una ...visitando el país como hice yo en su dia....o consultado fuentes externas.
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Arthur Shopenhauer


Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo.
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Los sabios son los que buscan la sabiduría; los necios piensan ya haberla encontrado. - Napoleón Bonaparte

Jamás discuto con un imbécil, pues me haría descender a su nivel y allí me ganaría por experiencia

Última edición por boadil; 23/09/2020 a las 21:02. Razón: aportar datos
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