EN LOS TOROS

El otro día estábamos el Sr. Andorrilla y servidor de Uds. en la Maestranza de Sevilla.
Al otro lado de la plaza, frente a nosotros, había una morenaza con una minifalda que apenas le tapaba el ombligo.
De vez en cuando abría las piernas y el Sr. Andorrilla me hizo notar algo.

-Mire, Sr. Moliner, ¡la morena no lleva bragas!
-Sr.Andorrilla, permítame que le corrija, lleva bragas negras.

Estuvimos discutiendo sobre la cuestión, hasta que, para salir de dudas, llamamos al chico de los caramelos y le dijimos:

-Mira, chaval ¿ves aquella morena?, pues te das la vuelta y, disimuladamente, te pones delante de ella y mira si tiene las bragas negras, como digo yo, o no lleva bragas, como dice el Sr. Andorrilla.

El chaval dio la vuelta a la plaza y se situó estratégicamente para ver la entrepierna de la morena.
Miró bien, para cerciorarse. Cuando estuvo seguro se volvió a nosotros y agitando los brazos para llamar nuestra atención, dijo:

-¡SEÑORES! ¡SON MOSCAS!