Suena el teléfono a las cuatro de la madrugada. El señor descuelga el aparato absolutamente dormido. Del auricular sale una voz ronca que se entiende con dificultad:
- Ho... la... Ya... se... ha... blar...
- Joder! Yo también se hablar y no me dedico a molestar a los demás a altas horas...
- Pe... ro... yo... soy... u... na... va... ca...
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