Estamos en la era de la información. Ese niño o niños aportan datos que efectivamente parecen concordar con algo que ocurrió, con personajes de otras épocas y con descripciones correctas de otros lugares. ¿Y que hay de raro en eso?. Ese niño bién podría haber retenido esas informaciones al ver un documental, una película, un periódico, una conversación, un libro, etc.

Sinceramente, que un niño o un adulto diga que vivió en otra época, y describa correctamente esa época, y quién supuestamente era, no es una prueba de que ese testimonio sea cierto. No digo que el niño o adulto esté mintiendo, ya que esa persona puede sentirlo como verídico, pero de ahí a que realmente lo sea hay un trecho.

Un ejemplo similar son las supuestas "regresiones" que se provocan cuando se hipnotiza a una persona. Esas personas hipnotizadas muchas veces describen épocas pasadas y dicen ser personajes de esas épocas. Curiosamente un alto porcentaje de ellos son siempre "faraones", "nobles", "reyes", etc. Personas importantes de esas épocas, ninguno dice ser un mendigo o una persona sin transcendencia social en esas épocas. Todo esto se podría explicar si conociésemos mejor los mecanismos que manejan los recuerdos, la memoria y las vivencias.