La inmensa mayoría de las personas que sufren mordeduras de perro son menores de dieciocho años, y sobre todo niños que molestan a los animales mientras comen. También los que montan en bicicleta o en moto suelen inducir a los perros con hábitos mordedores a perseguirlos y, en ocasiones, atacarlos.

Por profesiones, parecen ser los carteros los que con mayor frecuencia se ven atacados: un individuo que se acerca diariamente y con decisión a la casa sin traspasar nunca el portal o la cancela, suelen desatar las iras de casi todos los perros. De entre ellos, y paradójicamente, los que más muerden son los que tienen dueño y no los perros vagabundos, que tan solo protagonizan el 20 por 100 de los casos de ataque con mordedura incluida.

Evitar estos incidentes es fácil, si tomamos ciertas precauciones como, por ejemplo, no molestar a un perro cuando está comiendo, ni acercarse demasiado a una perra con crías y, por supuesto, no aventurarse nunca en terrenos custodiados por un buen perro guardián.

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