Empezaré por decirte (como bien apunta [I]Efebo[/I]) que la ley no limita el ejercicio de los derechos de una persona para comprar lo quiera, con quien quiera.
Voy a partir de la base de que tu madre era dueña absoluta del dinero que aportó para la compra de esa vivienda, y que no tenéis, ni ejercitáis derecho alguno en lo que pudiera legalmente corresponderos al ser parte del caudal hereditario de vuestro finado padre (la legítima).
Bien. Suponiendo que tu madre ha adquirido ese piso “en proindiviso” con tu hermana (habría que entender que es lo mismo que lo que tú defines por “a medias”) y que no se ha establecido en la escritura ninguna estipulación especial, en el caso de que tu madre falleciera, pasaríais los hermanos a ser herederos directos (junto con otros bienes si los hubiere) por iguales partes, excepto la parte de mejora que tu madre puede establecer, si quiere, en favor de... por ejemplo... una hermana en concreto.
Si el caudal hereditario fuese sólo esa vivienda, y tu madre no se vuelve a casar, no hizo testamento, o no estableció mejoras en él, tendríais entre TODOS los hermanos (incluida tu hermana copropietaria del piso) la mitad de la nuda propiedad del piso, a iguales partes.
Si no aceptas la herencia que te toca, se reparte entre el resto que la acepta.
Si aceptas la herencia (se puede aceptar de muchas maneras, como por ejemplo “a beneficio de inventario”) te conviertes en un propietario “proindiviso” en esa vivienda. ¿Qué puedes hacer ahora?:
a) Vender o donar tu parte a otro hermano.
b) Vender o donar tu parte a un extraño.
c) Exigir la división de la cosa común, que como no sería posible, acabaría en la subasta de ese piso.
Debes saber que cuando se acepta una herencia, se aceptan también sus cargas, que se deben repartir de igual forma, por que hay que estar a las duras y a las maduras...
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