Está un hombre en el puerto pescando, cuando ve acercarse un yate, en la cubierta hay un tío, vestido de marino, saludando en la proa.

El pescador mira a los lados y atrás, pensando: "pero si yo no conozco a nadie que tenga yate".

El yate se aproxima y el marino saludando y el pescador mosqueado, hasta que está mas cerca y reconoce al de la proa del yate.

- ¡Coño, Salvador!, que haces en este barco, ¿te has hecho marinero?

+ ¡Que va! el yate es mío.

- ¿Cómo que es tuyo? esto vale un dineral, ¿de donde has sacado tanto dinero?.

+ Pues mira, me ocurrió una cosa curiosa que te voy contar:

"Estaba sentado en la puerta de mi casa pelando una naranja, cuando paso una mujer y me dijo: ¿Salvador, es que pelas naranjas?, yo le respondí: Sí, y fue la señora y me trajo un par de bolsas con naranjas para pelar.

Estando en faena, paso un hombre y me dijo: ¿es que se dedica Vd. a pelar naranjar?, también le conteste que sí y me trajo cuatro cajas para que se las pelara.

Y así, empezaron a traerme tantas naranjas que tuve que pedirle a mi cuñado, que estaba parado, que me ayudara, poco después se incorporó también mi mujer, y al poco tuve que sacar a los niños del colegio y dedicarlos a pelar narajas.

- ¿Coño, y para tanto da el asunto?

+ ¡Que va!, y porque me tocó el euromillón, que si no aún estoy pelando naranjas.



Saludos

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[B][COLOR="green"]"Si uno empieza por permitirse un asesinato, pronto no le da importancia a robar, del robo pasa a la bebida y a la inobservancia del día del Señor, y se acaba por faltar a la buena educación y por dejar las cosas para el día siguiente."[/COLOR] (Thomas de Quincey)[/B]

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