Bueno, hace tiempo que empecé a sospechar que la Roomba podía tener un defecto poco deseado.
Empecé a observar que los muebles se llenaban de polvo con una frecuencia a la que no estábamos acostumbrados.
Al principio pensé que podía ser debido a las calefacciones, a la sequedad del ambiente que hay en Asturias y que hace que se levante más polvo, etc… pero mis ojos se posaron en la Roomba con una mirada acusadora y desafiante, ¿sería ella la causante de todo ese polvo?.
No hace falta tener muchas luces para darse cuenta de que el sistema de aspiración es un poco espartano y simple, y que precisamente no cumple todas las normativas de filtrado de aire para uso en quirófanos, pero bien podríamos pensar que para la utilidad que tiene es suficiente.
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Si analizamos bien el sistema, cuando abrimos y cerramos el compartimiento del filtro del aire, un montón de polvo y suciedad se traslada de un lado a otro, y por mucho que limpiemos, algunas partículas de polvo irán de nuevo al ambiente una vez puesta en marcha la aspiradora en el siguiente ciclo.
Hay que añadir a esto, que el acoplamiento no es perfecto, y que incluso hay alguna parte con pequeñas muescas por las que el aire y el polvo van directamente al exterior sin mayor problema.
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[SIZE="1"][CENTER]Aquí podemos ver como estas muescas permiten pasar el aire y el polvo libremente, aunque sea muy poco.[/CENTER][/SIZE]
Así pues me dispuse a añadir un segundo filtro a la salida del motor, para de este modo conseguir, en la medida de lo posible, que gran parte del polvo que se va nuevamente al ambiente quede retenido en este segundo filtro.
Ya lleva bastantes semanas funcionando el invento, así que ahora me animo a deciros como lo hice por si alguien se anima a hacerlo.
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[SIZE="1"]Quitamos todos los tormillos de la tapa transparente.[/SIZE]
[SIZE="1"]Después el resto de los tormillos que acoplan los compartimentos[/SIZE]
[SIZE="1"]Este tornillito también.[/SIZE]
[SIZE="1"]Ya lo tenemos desmontado[/SIZE]
[SIZE="1"]Este es la pieza con la que vamos a trabajar,[/SIZE]
[SIZE="1"]Recortamos la tela de una bolsa de aspiradora.[/SIZE]
[SIZE="1"]En este caso tiene tres capas. así que solo utilizaremos una de ellas de tela, no la de papel. Las tazas son para guardar en orden los tornillos, no perdernos, y no liarnos con ellos[/SIZE]
[SIZE="1"]Ya tenemos el trozo de tela recortada, su tamaño es un poco menor que el de la pieza de salida de aire.[/SIZE]
[SIZE="1"]Lo fijamos con cinta aislante a la parte interna de la pieza[/SIZE]
[SIZE="1"]Ya lo tenemos, podemos ver el filtro al trasluz[/SIZE][/CENTER]
Solo hay que volver a montar las piezas en el orden inverso y ya tendremos nuestro segundo filtro instalado.
Ya comenté que hace semanas que lo hice y los resultados han sido los esperados, ahora hay muchísimo menos polvo en casa que antes y sí, la causante era la Roomba.
No tengo ni idea de cuanto tiempo tardará en necesitar una limpieza interna, pero yo intento aspirar con otra aspiradora en orden inverso para succionar el polvo de dentro del cajetín.
Cuando abra el cajetín para ver como está el filtro haré una foto para que veáis como está.
Con el segundo filtro no hay un descenso en el nivel de caudal de aire apreciable.
Espero que os animéis, creo que merece la pena y es muy sencillo.
P.D. Si no queréis romper un filtro de aspiradora hay otra opción: La tela que hay en algunos CD o DVD que suele ser gris, blanca, o negra, son para evitar que se arañen.
En su defecto una tela que no sea muy tupida.