Después del evento en SonyStyle de Manhattan, para el lanzamiento de PS3, continúan las noticias sobre el desembarco de la nueva consola de Sony en Estados Unidos. Por ejemplo, a las cuatro de la mañana en Austin, Texas, las calles estaban desiertas, la temperatura era de cuatro grados y algunos ya tenían su PS3. Un empleado de un Wal-Mart local expuso que “fue bastante indoloro, excepto a las 20 personas que estaban haciendo cola, teniendo la esperanza de que a alguien se le anulara la tarjeta de crédito”, según reza Eurogamer. Y es que la tienda, al igual que las demás sucursales de esta franquicia, solo tenía seis unidades de PS3. Aparte de Wal-Mart, otros importantes establecimientos como Circuit City, GameStop y Toys R Us recibieron seis unidades también.

Sin embargo, Best Buy tuvo suerte, consiguiendo más de 25 consolas por establecimiento. Así, las colas iban en concordancia con el número de PS3 por tienda; si había 26 unidades, 28 eran las personas esperando. Algunos hicieron un gran ejercicio de paciencia, como Vladimir, que llevaba desde el miércoles por la noche en un Best Buy. “El sistema que estoy adquiriendo aquí es para un amigo de Irak, que no tiene el privilegio de conseguirlo allí”, admitió Vladimir. De todas formas, ninguno de los que esperaban parecía ocultar sus planes de reventa. Al menos, una chicas de Red Bull ofrecieron refrescos gratis, mientras que Best Buy hizo lo propio con donuts, chocolate caliente y pizza.

En un Sam’s Club, una señal indicaba que solo tenían una unidad, que iba a conseguir Dustin, un chico que estaba acampando con su novia Jessica. Estaba contento de ser el único que se encontraba allí esperando, y tenía la esperanza de poder revender su PS3 por 5.000$. Por otro lado, en un Best Buy de North Austin, Ryan, empleado de esta tienda, se unió al puesto 22 de la cola. A las cinco de la mañana, una pareja se unió a la espera, por lo que Ryan les añadió a la lista, explicándoles que eran el número 51 y 52, y que solo había 36 unidades en ese comercio. La policía también hizo acto de presencia, y se requirió su compañía a eso de las siete y media de la mañana, cuando pasó una furgoneta llena de gamberros que arrojaron globos de agua a los que ya estaban muertos de frío en la cola. El oficial los persiguió.

Finalmente, a las ocho las puertas se abrieron, pudiendo entrar en grupos de a 10. A las ocho y media ya estaban todas las unidades vendidas.

Fuente: Meristation

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